Pedro de Vargas no era cristiano. Era un feliz niño guanche que vivía
en La Gomera a finales del siglo XV.
Durante la Rebelión de los Gomeros en
1488, comenzaría su desdicha. Hecho esclavo, fue llevado a Las
Palmas, donde sirvió a un noble. Una vez libre, se dirigió a Tenerife, y fundó una familia. Fue un
auténtico eslabón entre el mundo guanche y el mundo occidental.
En La Gomera, antes de la llegada
de los españoles, existían cuatro divisiones o cantones, Ipalán, Mulagua, Orone
y Agana. Hernán Peraza, el Viejo, fue uno de aquellos conquistadores de la
isla, arribó allí en 1450, pero a pesar de la sumisión del rey guanche, no fue
por todos bien aceptado, ni por los de Mulagua ni por los de Agana. Peraza, el
Viejo, realiza un Pacto de Colactación, bebiendo con los menceyes del mismo vaso de
leche en señal de hermanamiento, con los cantones de Ipalán y Mulagua, para
instaurar la Paz.
Su nieto, Hernán Peraza, el joven, había pasado a gobernar la isla en 1477,
de mano de sus padres. El despotismo y los abusos constantes hacia el
pueblo, a pesar del pacto de su abuelo, que el vil y joven Peraza infringía culminó cuando quebrantó aquel hermanamiento de su abuelo al pretender e intimar con Iballa, princesa aborigen guanche que era como su hermana según aquel pacto.
Así pues, en 1488 se produce la Rebelión de los Gomeros de los cantones
de Ipalán y Mulagua, encabezada por Hautacuperche, que ejecuta a Peraza, en
Aguahedum, donde rondaba a Iballa.
Posteriormente, en reprimenda, todos
los varones de aquellos cantones mayores de quince años fueron ejecutados y las
mujeres y los niños vendidos como esclavos.
Era costumbre durante aquellos
tiempos tras la conquista, a los originarios ocupantes de las tierras conquistadas, en este
caso a los guanches y una vez sometidos a la esclavitud bautizarles cristianamente y otorgarles un nombre y un apellido cristianos, generalmente
los del señor, al cual iban a servir.
Así fue como un indígena gomero que,
siendo niño, y habiendo sido esclavizado por la derrota de los suyos en defensa
de lo legítimo, y arrebatado cruelmente de su familia, fue llevado a las Las Palmas de Gran Canaria. Allí debió ser rebautizado con el nombre de Pedro de Vargas, en honor, casi con toda
certeza, a Pedro de Vargas, que a allí
desde Cantabria había llegado, según textos históricos, para vivir bajo el palio de su hermano Sancho de Vargas, Conquistador y
fundador que fue, éste último, de Santa María de Guía, en esta última isla canaria.
Más
tarde, obtenida la libertad, tras terminar la conquista y abolir la esclavitud
de los guanches los Reyes Católicos, el joven esclavo, se dirigió a
la isla de Tenerife, donde consta que habitaba a principios del siglo XVI, tras
la cruenta conquista. Curiosamente Sancho de Vargas se dirigió a Tenerife en
aquellas mismas fechas.
Una vez en Tenerife y casado con
Francisca Guerra, se asienta en el lugar denominado el Pozo de la Guerguera en
Isora y compone una familia. Marcos de Vargas, su tercer hijo, es el hijo de
Pedro del cual proviene la familia de Alexis.
En el año 2012 el historiador D. Nelson Díaz Frías, publica su obra en
dos volúmenes Linajes Isoranos y siendo justo Dulce María, la madre de Alexis, de Guía de Isora, se obtiene un documento crucial para el conocimiento de sus ancestros, siguiendo
aquel recorrido, en el libro, de su familia materna.
La conclusión que se desprendía
de aquella obra genealógica canaria que llegó a nuestras manos hace unos años, era
esclarecedora. Con nombres y apellidos se podía recorrer toda la historia
familiar, desde los bisabuelos , que ya allí constaban, hasta ese ancestro guanche en tiempos de la mismísima conquista de las
Islas Canarias por la Corona castellana.